Un nuevo estudio publicado en la revista científica Brain and Language examina cómo el cerebro responde cuando se enfrenta a dos métodos diferentes de comprensión lectora. Examina una pequeña muestra de dieciséis adultos (con una media de edad de veintidós años) que son hablantes nativos de inglés y no se enfrentan a dificultades para la lectura.
Los participantes tomaron dos días para recibir formación, donde aprendieron un nuevo idioma inventado, basado en jeroglíficos. A cada participante se le enseñó dos formas de asociar un conjunto de palabras leídas en voz alta a un grupo correspondiente de caracteres visuales (o “glifos”). El primero se centró en las relaciones entre las letras y su sonido (fonética); el segundo, en la memorización de palabras completas. Después del entrenamiento, los participantes tomaron parte en sesiones de prueba, donde fueron conectados a una máquina de electroencefalograma (EEG) para que las respuestas de su cerebro fuesen supervisadas. Luego, los participantes eligieron una de las estrategias descritas arriba y comenzaron a realizar la actividad de lectura.
Los científicos encontraron que el enfoque basado en la fonética activaba el hemisferio izquierdo del cerebro. En este lado del cerebro se desarrolla las regiones visuales y del lenguaje y se realiza el reconocimiento de las palabras. Por tanto, la activación de esta zona ayuda a estimular los lectores incipientes. Este enfoque también llegará a los participantes decodificar “palabras” nuevas, que no conocían antes del entrenamiento. El enfoque basado en la memorización de palabras completas, no activó el hemisferio izquierdo. En cambio, despertó las secciones del hemisferio derecho. Este lado del cerebro posee circuitos diferentes, que no se asocian típicamente a las conexiones que llevan a cabo en los cerebros de aquellos lectores habilidosos.
Este estudio agrega más evidencia de que la instrucción fonética es la más efectiva para promover la comprensión lectora. Ahora sabemos que además estimula nuestro cerebro.
En Pioneros creemos que las prácticas docentes y de enseñanza deben apoyarse en evidencia que indiqué cómo mejorar. ¿Qué opinas sobre los resultados de este estudio? Déjanos tu respuesta en los comentarios.